Julia va de paseo con un donut grande rojo
Julia va de paseo con un donut grande rojo
Cuando se despertó esta mañana, sintió la calor de los rayos de sol sobre su piel, y sus gatos moviéndose a su lado. Y así, su primer pensamiento fue : empieza un buen día .
Se levantó, se hizo un cafe y preparo sus cosas para ir a andar cuando se habra terminado su trabajo de hoy. Como todas las mañanas se puso a escribir con su cafe y durante su sesión de escritura recordó haber visto un post en Instagram que hablaba del Decálogo de Terra Tachyon y que había algo que hablaba de la conexión con la naturaleza. Buscó la información.
Efectivamente había un punto que decía : – estar en la naturaleza, andar, respirar, re conectarse con uno mismo, anclarse a la tierra, estar presente a todo lo que nos rodea, maravillarse con lo que vemos.– Al leerlo. sintió que tenía ganas de experimentar.
¡Jo cómo resonó en ella! Necesitaba verdaderamente eso hoy y con el tiempo bueno que hacía, iba a ser perfecto para probarlo.
Se puso a trabajar toda la mañana y una vez acabado sus tareas, se cambió y fue a buscar el tachyon rojo. Recordaba que tenía uno…¡Sí! Un donut grande rojo.
¡Perfecto! Era un día suave del invierno andaluz. Se puso en marcha con el donut en el bolsillo. Tomó un momento para entrar en contacto con él, para expresar una intención para su paseo del día. Tenía muchas ganas de sentirse viva y estar presente a todo lo que iba a ver y sentir.
Las calles empinadas de su pueblo hicieron que se olvidó por completo del tachyon en su bolsillo; estaba muy concentrada en su respiración, tenía calor. ¡Qué duro!
Una vez arriba, entendió porqué la subida merecía la pena, había una vistas fantásticas. Fue un momento de pura alegría, disfrutó del paisaje maravilloso, este valle con todos los almendros en flor. Respiró hondo, se quedó allí como si quería guardar con ella todas estas sensaciones y cuando fue el momento de volver, sigo el camino, ahora todo cuesta abajo, iba a ser más fácil. Todavía tenía calor, mucha calor, más aún en su pierna y en este momento se acordó del tachyon en el bolsillo.
¿Será este que le procura esta calidez?
Lo tomó en su mano. Empezó a sentir picores pero solamente de este lado.
“Pues sí, de verdad, algo esta pasando…” Lo notaba en su cuerpo.
Siguió caminando con esta sensación. Era tan presente a todo lo que se presentaba delante de ella pero también a su cuerpo, sus pasos, su respiración. ¡Era como si todo fuera amplificado!
La alegría la invadió conforme iba avanzando. Le vinó muy bien; disfrutaba de cada momento; se sintió viva durante todo su paseo.
Cuando volvió a casa, estaba más conectada y guardó en su interior, esta experiencia para acordarse de ella, volver a estas sensaciones cuando sentiría que lo necesitaba.
“¿A ver, cuales son los otros puntos del Decálogo? “ fue su ultimo pensamiento antes de quedarse dormida, los gatos cómodamente instalados a su lado.
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